Quitar el velo que obstruye la visión de la Realidad es todo lo que el hombre puede hacer y todo lo que tiene que hacer – Anandamayi Ma
Ese velo que refieren los grandes maestros es creerse «personas» por encima de todo.
Quitarse el velo es sencillo. La decisión «personal» de apartar el velo que nos cubre los ojos humanos para ver qué somos en realidad por nosotros mismos, no a través de nuestros sistemas de creencias. Despertar es tu deseo innato, una característica inherente a tu persona, una pulsión latente que te acompaña siempre y anhela saber, no sólo creer.
Despertar es una suerte de rebeldía divina frente al deseo de soñar la vida. Despertar es desear comprender el misterio de la vida por encima de todo. Muchas veces, el proceso de despertar comienza cuando la «persona» se rinde a esa pulsión innata que comentaba, quizás porque está echando un pulso con la vida y va perdiendo. Rendirse en ese pulso, decidir sabiamente que la Vida sabe mucho más que la persona, supone abrirse a la Vida, a la Realidad de la Vida. Despertar es el largo proceso personal para reaprender qué es la vida en realidad.
La iluminación es ver incluso la luz en las tinieblas, pues esa luz emana de la Realidad tras el velo de la persona y culmina el proceso individual.
Pero el proceso no acaba ahí.
El individuo iluminado alumbrará su entorno a través de su filtro personal. Es la luz blanca, filtrada como todos y cada uno de los colores a través de los filtros de cada persona, animal, cosa, proyectándose como un arcoíris en el mundo. La iluminación personal es la que alumbra el mundo. El mundo se torna irremediablemente hacia su luz, como los girasoles giran hacia el sol, hacia la auténtica Realidad divina tras el velo de aparente caos de esta realidad mundana.
De mi niñez, recuerdo vívidamente mi mejor deseo: que cada día del año fuera Navidad. Creo que vivir despiertos es lo más cercano a ese deseo, hecho realidad. Posiblemente, será el efecto que acabará por convencer a todos de la Realidad divina de este mundo, contagiados de la alegría, la sencillez y la coherencia que rigen el mundo en realidad (no la realidad que nos cuentan, no la realidad que creíamos ver) y que muchos empezamos a ver nítidamente.
Pues entonces, feliz navidad a todos.